Ovidio Roca
Cuentos de Pueblo
Como todos los que vivimos en Santa Cruz en los años cincuenta, yo también conocí a Justo Bazán, lo veía por la Plaza principal y el Mercado Nuevo de la calle Sucre, con su sombrero y saco blanco cuchuqui, vendiendo periódicos, lotería y el Bristol, que servía para conocer el pronóstico del clima para todos los meses del año y también para poner nombres a los niños, siguiendo el Santoral que estaba incluido.
Comía donde podía y especialmente en un café restaurante que quedaba al lado del Correo Central en la Plaza Principal (esquina Ayacucho e Independencia). Llegaba y pedía: “marche un plato de Ñ y S” (ñervos y sobras).
Él era un verdadero Republicano, admirador de Napoleón y fanático de Francia y su Revolución. Un día caminaba por la Plaza 24 de Septiembre, en la vereda de la Alcaldía y vio pasar a una señora que le caía antipática y a su paso gritó muy fuerte: “vieja rancia”. La señora que tenía influencias se consiguió un paco y fue tras Bazán para meterlo preso. Él se defendió diciendo: esta vieja es sorda y mentirosa yo no dije vieja rancia, yo grite “viva Francia”.
El 17 de Octubre del 2002 se estrenó la obra teatral de Gonzalo de Córdoba: “Justo Bazán, el hacedor de sueños” en la sala de bolsillo Casateatro (Calle Junín, frente al Correo nuevo), una obra que recrea la vida de este loco insigne.
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